Cuando ves un buen truco de magia, no podéis evitar sorprenderte, como con esos ilusionistas que caminan por las paredes de los edificios, hacen desaparecer aviones, levitan sobre el agua o adivinan tus pensamientos. El show te resulta absolutamente convincente.
Con las emociones pasa lo mismo. Una vez que sentís una emoción, la experiencia que tenéis resulta indiscutible. Su magia te atrapa, tanto si el sentimiento te gusta como si no. No hay forma de que esquives lo que cada emoción quiere hacerte sentir.
Aunque al principio te cueste creerlo, toda emoción también tiene sus trucos. Hay cosas que funcionan por detrás de una emoción para que su show pueda encandilarte. Y ahí es donde la Ciencia entra en escena....
No hay comentarios:
Publicar un comentario