Ser padres es un viaje alegre, a veces frustrante y agotador, pero también regocijante.
El desafío es enorme: tomar de la mano a un ser humano que comienza a vivir y
dirigirlo hacia su edad adulta. En el proceso habrá que enseñarle todo lo que necesita
saber para ser feliz y vivir la vida correctamente.
Hay épocas en que para todos los padres este desafío resulta abrumador. A veces, no
sabemos qué hacer. Otras, nada de lo que hacemos parece correcto. Y, además,
están todas las demás tensiones en nuestras vidas, lo que resulta difícil de superar.
La mayoría de nosotros aprende a ser padres haciendo camino al andar. Tenemos
poca información sobre el desarrollo del niño(a), así que confiamos en nuestros
instintos o en nuestra propia experiencia de la niñez. Pero muchas veces nuestros
instintos son reacciones emocionales, no pensadas adecuadamente. Incluso, a veces
son negativas o violentas.
Consecuentemente, muchos padres piensan que la disciplina consiste en reprender y
castigar físicamente. Otros se sienten mal por no controlar sus emociones. Y también
existen aquéllos que se sienten simplemente desamparados.
Pero hay otro camino llamado “Disciplina Positiva”. Disciplina significa realmente
"enseñar". La enseñanza se basa en fijar las metas para aprender, planear un
acercamiento eficaz y encontrar las soluciones que funcionan de verdad.
La Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño garantiza su protección contra
todas las formas de violencia, incluyendo el castigo físico. También reconoce la
dignidad de los niños(as) y el respeto a sus derechos.
La "disciplina positiva" es no-violenta y es respetuosa del niño como aprendiz. Es una
aproximación a la enseñanza para ayudarlos a tener éxito, les da la información, y los
apoya en su crecimiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario